Arte, ciencia, naturaleza, metodología, positivismo y neo-objetividad es el contexto en el que podemos entender mi proyecto fotográfico. Este aparece profundamente entroncado en los orígenes de la fotografía y la utilización de una vieja técnica como es el fotograma. Esta técnica es reinventada y adaptada a la tecnología digital bajo el nombre de digitograma. Desligarse del ámbito de la óptica y de las cámaras tradicionales es una forma de alejarse de condicionantes estéticos producidos precisamente por la utilización de determinados instrumentos mecánicos. En mi obra se puede hablar de una subversión de la tecnología y de su revisión con unos fines estéticos concretos.
En segundo lugar, mi trabajo se circunscribe en el ámbito de la naturaleza y de la ciencia, principalmente en los estudios botánicos: herbarios, y zoológicos: bestiarios. Gracias a la sistematización, seriación, repetición de elementos animales y vegetales desarrollo mi discurso sobre el conocimiento científico y sobre lo desconocido, sobre lo corpóreo y lo efímero, sobre lo estable y lo fugaz, sobre la ordenación y el caos. (...)
En tercer lugar, mi trabajo surge inmerso dentro de esta corriente positivista o neo-objetiva con raíces en la obra de Blossfeldt o de Atget en el siglo XIX, o ya en el siglo XX, haciendo un uso completamente diferente de la clasificación y del inventario que se realizó en el siglo anterior pero con una finalidad similar: comprender e interpretar el mundo. Dentro de estas corrientes encontramos también la obra de los Becher, Richard Ross o Adam Fuss entre otros.
Mejor verlo.
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